1852: CULIACÁN DESOLADO, INUNDADO Y SAQUEADO

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A mediados de 1850, hace 170 años, un visitante describía así a Culiacán, por entonces cabecera de la municipalidad y partido de su nombre, y capital del departamento de Sinaloa:

«Sus calles son rectas; las más grandes se extienden de oriente a poniente. Hay una bonita plaza de armas con una arboleda de naranjos, bien embanquetada, y dos pilastras en cada una de las cuatro esquinas; forman el cuadro por tres lados buenos portales con magníficas casas particulares, y por el cuarto lado la iglesia, edificio mezquino que no corresponde a una ciudad hermosa como ésta:

«Sin embargo, está construyéndose una bonita catedral, que será de vastas dimensiones.

«En los suburbios de la población está una maquinaria para hilados y mantas de algodón.

«El temperamento (temperatura) de Culiacán es muy caliente y sano; de mayo a octubre llegó a pasar el termómetro de Fahrenheit de 100º».

2. YA PARA TERMINAR

Tal descripción la encuentro en la multicitada obra «Apéndice al Diccionario Universal de Historia y de Geografía», de don Manuel Orozco y Berra, y con esta colaboración dejo descansar esa obra enciclopédica sobre nuestro país, editada en 1855-56, en la ciudad de México, con artículos.

El volumen no está exento de errores o erratas, que el mismo autor reconoce en la introducción del tercer y último tomo, con las siguientes palabras: «termino mi labor sin haber cosechado más de disgustos, y llego al fin de la obra sin estar contento de mi trabajo; bueno sea que alguna vez siquiera sirva de algo».

En cierta parte se lamenta de la poca participación de la gente con el envío de artículos, sobre todo de los estados, lo que atribuye a «los tiempos dificultosos que pasamos».

Eran los días de la invasión estadunidense mientras los mexicanos estaban más ocupados riñendo entre sí, entre interminables guerras civiles.

3. SANGRIENTA CONQUISTA

En un artículo sobre Culiacán, dice que «fue fundada en 1532 por Ñuño de Guzmán junto a la antigua Huicolhuacan (sic), una de las estaciones de la nación azteca» (Todo mundo sabe que la fundación fue en 1531). Y continúa:

Nuño de Guzmán permaneció algún tiempo en esta ciudad a causa de la peste, que provocó la deserción de gran parte de su ejército, por lo que esperó a que le llegaran auxilios de municiones, gente y armas desde otras comandancias.

Al irse Guzmán dejó en su lugar a Francisco Vázquez Coronado, «el mayor tirano que jamás pisó estos países» (yo pensé que el más sanguinario era Nuño, aunque andando en plan de conquista, todos son unos bárbaros), quien desde aquí partió al norte, por Sinaloa, Sonora y California, buscando «unos cerros de plata y oro, que según le habían dicho, se hallaban en las costas de estos departamentos, y en su expedición destrozaba y acababa con los indios a fuego y sangre».

4. RÍOS DESAPROVECHADOS

Ya hemos comentado del error en los mapas de aquellos años, que ubicaban la boca del río Humaya donde está la del río Mocorito, pues ignoraban de su fusión con el río Tamazula en Culiacán para formar uno solo que llegaba a Altata.

«Con un pequeño gasto, agrega, podrían vapores planos navegar entre Altata y Culiacán, sobre todo, en tiempo de aguas que tiene bastante fondo el río. La distancia de un punto a otro es de 57 millas, y está sembrado de ranchos y pueblos de indios, con un terreno feracísimo y abundante en leña».

El río de Culiacán [Tamazula, o Batacudea, como le llamaban más antes], dice, nace en la Sierra Madre, en el departamento de Durango, pasa por Canelos, Tamazula, Tepuche, y en Culiacán une sus aguas a las del río Humaya.

El río Humaya nace también en la Sierra Madre, al noreste de Culiacán, pasa por Alicama, en el partido de Badiraguato, corre hacia suroeste hasta la capital de Sinaloa, donde recibe las aguas del río de Culiacán.

De esta ciudad sigue para el golfo de California, pasando por los pueblos de San Pedro, Navolato, Bachimeto, y cerca de Altata entra al mar formando varios esteros profundos.

5. LA MINA DEL CHICHI

Culiacán se ubica a los 24º  48’ de latitud norte y 8º 15’ 32”  de longitud oeste, de México. Su población a mediados del siglo 19 era de diez mil habitantes, dedicados al comercio y agricultura.

La ciudad se ubica en la margen izquierda del río de su nombre y en la unión de éste con el de Humaya, en un terreno plano entrecortado por una que otra loma; las eminencias que están al sur de la población son estériles y presentan un aspecto mineral; en algunas se ha encontrado uno que otro grano de oro de placer.

Al pie de estas lomas está la mina del Chichi, de plata y pobre en metales.

6. EL SEMINARIO Y LA CASA DE MONEDA

Esta ciudad, dice, tiene hermosos edificios: el principal es el magnífico seminario, fundado por el virtuoso obispo D. Lázaro de la Garza y Ballesteros, ahora arzobispo de México.

Su Casa de Moneda es también célebre por contener una de las maquinarias más modernas que existen en la República, la cual ha acuñado desde abril de 1846 en que se abrió dicha casa hasta 1853, las siguientes cantidades:

En plata, 4 millones 620 mil 422 pesos: en oro, un millón 963 mil 636. Total: 6 millones 584 mil 058 pesos.

Por otro lado, la administración de rentas produjo en 1848, la cantidad de $ 24 mil 685 pesos.

El ensaye de cajas fue por 15 mil 062 pesos.

El fondo municipal fue de 5 mil 991 pesos;

La tesorería general del estado tuvo ingresos por 145 mil 478 pesos.

7. DE AHÍ PA’L REAL

Para cerrar, menciona las rutas para ir de Culiacán a otras ciudades. Por ejemplo, y solo mencionando los pueblos de Sinaloa que hay que pasar, para ir a Álamos, se salía por Paredones, Morita, Mezcalitos, Palmas de Leira, Mocorito, La Ciénega, Mezquite, Villa de Sinaloa, Ocoroni, Tasajera, Los Ojitos y El Fuerte.

Para ir a La Paz, se iba por Aguaruto a San Pedro, Bachimeto, El Tule, Altata y de ahí en barco.

Para ir a Durango, se salía por El Barrio, Las Moras, Carrizalejo, Imala, Cofradía, La Cruz de Palma, Las Milpas y de ahí a Tamazula, etc.

Y a Guadalajara, por tierra, se salía por El Carrizal, El Salado, San Lorenzo, Tacuichamona, Abuya, Vinapa, Higuerita, Elota, Piaztla, Coyotitán, Amole, La Ramada, Siqueros, Mazatlán, Santa Fe, Zopilote, Potrerillo, Rosario, Escuinapa y de ahí pa’l real.

8. UNA CIUDAD DESOLADA

En 16 de septiembre de 1847, la ciudad fue ocupada por las fuerzas de Mazatlán después de la acción de Las Flechas, en la que murió el valiente general Teófilo Romero.

En julio de 1851, el cólera morbus causó terribles estragos, pues en menos de quince días murieron más de dos mil personas, entre ellas el gobernador del estado [José María Gaxiola] y muchos vecinos principales, y la población quedó casi desierta por haber emigrado la mayoría de sus habitantes.

El 1 de octubre de 1852, después de un fuerte temporal, creció en la noche el río tan repentinamente y con tanta fuerza, que se llevó muchas casas y tumbó algunos edificios buenos, sin tiempo para salvar ni los muebles.

La pérdida ocasionada por la creciente se calculó en más de 400 mil pesos.

Y, «encima de barrido, fregado», el 16 del mismo mes y año fue tomada por asalto por las fuerzas de Mazatlán y entregada al saqueo durante día y medio. Las pérdidas ocasionadas en este último desastre no bajaron de 600 mil pesos.

Así las cosas…

 

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