Pues qué error. Alguien, por allí, puso cara de interrogación respecto a la entrega de la semana anterior, en cuanto a los desaciertos de María Luisa Miranda como titular del Instituto Sinaloense de Cultura, queriendo saber si había enconos de por medio. Error tremendo, porque, las reflexiones vertidas, en lo absoluto tienen que ver con la persona, sino con la funcionaria pública, en torno al tipo de personajes que la ciudadanía está obligada a solicitarle rendición de cuentas y suma de resultados. Si me pusiese a modo de nota de sociales, tendría que describir que la señora, sobre todo en últimas fechas, es un encanto en el trato, afable y de abrazo y sonrisa fáciles. Pero no va por allí el estilo, ni tampoco la comunidad cultural estaría ansiosa por leer cursilerías cuando se hace referencia a un organismo como el que María Luisa representa, en atención a la importancia que ostenta en el devenir público de la entidad. Aclarado el punto, paso a decir que, a partir de esta entrega, los fieles lectores de mi columna sólo podrán leerla en este portal web de Noroeste, que advierto con agrado por la relevancia que hoy en día tienen las redes y el internet en general. No por menos, desde hace meses concluí que el quehacer periodístico debía extenderlo más allá del papel impreso, dando lugar a un proyecto colectivo que se ve reflejado en la página www.al100xsinaloa.com, espacio que ha ensanchado las posibilidades de opinión y exposición en cuanto a formatos, como es la generación de videos encuadrados en el menos seis canales de YouTube, que han propiciado vivencias reconfortantes y han puesto a ejercitar a las neuronas. Uno de estos canales se titula MÚSICA al 100, que me ha movido a la realización de entrevistas reveladoras, a darle cabida a momentos de gracia para el espíritu, como a un Mariachi Vargas de Tecalitlán echándose el “Corrido de Sonora”, producto de aquel viaje luminoso a la tierra de María Félix, gracias a una invitación de Ana María Alvarado, directora de Comunicación Social del Ayuntamiento de Culiacán. Allí también cupo uno de los temas cantados por Pablo Milanés, en ocasión de la apertura del Festival Cultural Sinaloa 2015; y también el portento de Eugenia León, no sólo en papel de intérprete, sino además su voz de mujer comprometida con México. Y pues le quiero decir, y le digo, que también tuve oportunidad de entrevistar a María Inés, heredera del talento de su madre, la siempre recordada Amparo Ochoa, y que ayer empezó a circular en YouTube, con enlaces a la página web, a Twitter, Instagram y Facebook, bajo el nombre “Soy María Inés Ochoa y háganle como quieran”, en respuesta a las críticas recibidas por aquellos que no dieron crédito a su decisión de retomar, musicalmente, un rumbo que pareciera distanciarla de Amparo, cuando lo que está haciendo es tejer su propia personalidad, su propio repertorio y su propia forma de ver al mundo, a la sociedad, a México y a su gente. Sin presunción, fui cómplice de su primera aparición en un escenario, y lo que vi yo y lo que vimos todos fue una réplica joven de Amparo Ochoa: el mismo porte, similar vestuario y por supuesto sus canciones. Nos asustamos, pero del mismo modo nos ganó la emoción, porque tuvimos la sensación de un milagro, porque aquello fue como si Amparito hubiera vuelto de la tumba para no dejar de abrazarnos en cualquier hora de corrientes tristes. Pero los mitos no se repiten, y eso María Inés tuvo que padecerlo, llorarlo, hasta que la madurez toco a la puerta y ella dijo que de ninguna manera, que el entorno y las situaciones que rodearon a la entrañable intérprete de “Jacinto Cenobio”, pues no podía vivirlas como suyas, porque eran de otra época y otras las circunstancias. Sencillamente eran y son de Amparo Ochoa. Y de nadie más. Entonces nació La Rumorosa, como se le está empezando a conocer en el mundo artístico, una Rumorosa que si bien es una mujer solidaria con diversas luchas sociales, eso no le impide concluir que para nada tiene que andar por la vida con el puño en alto, porque la lucidez le ha ayudado a distinguir y a decidir con inteligencia dónde debe estar y por qué, esto es, con fundamentos, con conocimiento de causa. A Eugenia León le dije que su Generación de Oro se nos estaba yendo de las manos, pero ella me respondió que había voces emergentes y de mucha valía. Y es verdad. Aquí tenemos a La Rumorosa. Y punto. Comentarios: expresionesdelaciudad@hotmail.com