Hacia mayo de 1989, un grupo de promotores permanecían en huelga de hambre en el portal de la Casa de la Cultura de la UAS, defendiendo su integridad laboral frente a las amenazas del entonces recién elegido Rector, David “el Gordo” Moreno. Entre los protestantes, sobresalía la presencia de la poeta Rosa María Peraza. También estaban Julio Bernal, Gilberto Barragán, Agustín Sánchez y Luis Fernando Valenzuela Jiménez. Por esa etapa se organizó un foro en el recinto universitario. Fueron llegando los expositores. A su llegada, Enrique Peña Gutiérrez se solidarizó con Rosa María y los demás, no así el historiador Antonio Valenzuela Mísquez, quien se puso al tú por tú con don Miguel Tamayo Espinosa, firme y solidario con el grupo que hacía la huelga. Fue un momento tenso, y triste cuando Valenzuela Mísquez ofendió a don Miguel en un plano estrictamemente personal. Eso fue hace mucho, pero la memoria se niega a olvidar.
