Por Julio Bernal
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Se le cumplió en grande el deseo a Papik Ramírez Bernal
Con miles de almas exigiendo el obligado encore, la mayoría sin saber que al bajista Sabo Romo le había dado el patatús, traducido en un desmayo súbito, cerró su concierto la afamada banda rockera Caifanes, dejando a muchos corazones entre sorprendidos y sentidos porque no pudieron escuchar varios de los temas que sonaron fuerte hacia la década de los noventa. En otros términos, la “célula” se quedó completa, no explotó. Nada de que hay veces que quisiera ahogarte en un grito y olvidarme de esa imagen tuya. Y no es que el vocalista Saúl Hernández y demás banda no se hayan “atrevido”, porque sencillamente no pudieron: había que atender médicamente a don Romo.
Pero independientemente del percance, Caifanes refrendó su permanencia en el gusto popular y logró que aquellos mismos miles, en su momento, corearan canciones como Los dioses ocultos y Antes de que nos olviden. Pero no: a la banda y su rock pop –entre romántico, filosófico, poco argüendero y córrele porque te pego– la gente no la ha olvidado. Antes al contrario, con el paso de los años ha hecho crecer su audiencia, pues entre el público no se vieron nada más a cuarentones y cincuentones, como se hubiera esperado, sino que sobraba chavalada veinteañera, más no tanto la pubértica y gritona que se vio hacia diciembre del año pasado en Mazatlán, cuando el Festival Cultural Sinaloa clausuró sus actividades con la monísima y peleonera Mon Laferte.
Sin lugar a dudas, fue tremenda la respuesta que tuvieron el Gobierno del Estado y el Instituto Sinaloense de Cultura al llamado para dar por iniciado el novísimo Festival de Primavera; pero para poner las cuentas sobre la mesa, si bien es verdad que la música de Caifanes (sin célula explosiva) abrió dicho festival, lo hizo particularmente sobre la línea del programa ‘Puro Sinaloa, sonando para todos’, que mes tras mes –sólo en Culiacán– estará tomando por (positivo) asalto la plaza pública (ha de creerse que la explanada de la unidad administrativa de gobierno), con grupos y artistas de arrastre, los capaces de convocar a la raza en miles, sin necesidad de que sean los non plus ultra de la exquisitez artística.
“Lo que puede causar mayor polémica, lo que puede causar mayor incertidumbre y desagrado al mismo tiempo es querer disfrazar un programa de excelencia estrictamente artística y omitir la parte popular. Por eso estoy siendo muy enfático y muy claro: se trata de una estrategia total y absolutamente popular, no vamos a pretender hacer lo contrario”, dijo el director general del Instituto Sinaloense de Cultura, Papik Ramírez Bernal, en ocasión de la rueda de prensa para anunciar el Festival de Primavera.
Cuenta aparte, se le cumplió en grande el deseo a Ramírez Bernal, en el sentido de que quería que con ‘Puro Sinaloa, sonando para todos’ hombres y mujeres convivieran en santa paz, codo a codo, lo que aquí se pudiera traducir como un oasis en medio de las trifulcas que de repente se miran y escuchan por acá. “Yo creo que pues hemos vivido momentos difíciles, hay estrategias de los diferentes cuerpos policiacos, cada quien hace su trabajo; y en ese trabajo coordinado que debemos hacer, bueno pues también el Instituto Sinaloense de Cultura está incluido; y creo que estamos respondiendo a una necesidad social, a una necesidad pública; y lo que queremos, y vamos a darle la razón a la ciudadanía en ese sentido, pues creo que lo que queremos ver todos en el aire pues son notas musicales y no precisamente balas ¿no?”, dijo también en aquella rueda de prensa.
Y es que se manejan números de más de 20 mil asistentes al concierto de Caifanes. Menuda oportunidad se le está ofreciendo a los grupos y artistas del calibre de Juanes, Mon Laferte y Caifanes, al menos en Culiacán, porque entre el programa ‘Puro Sinaloa, sonando para todos’, el Festival Internacional Universitario de la Cultura (de la UAS) y el palenque de la Feria Ganadera –quizá también Sinaloa Encanta, que en marzo trae a Yuri– habrá trabajo para todos ellos. Así las cosas, lo que habrá en Culiacán es un desfile de luminarias. Ya se verá de cuál cuero sales más correas. Y ya.