Los pescadores aprenden a ubicarse en la oscuridad del mar con sólo ver las estrellas, dan un nombre a cada cerro, a cada boca donde la bahía se abre a altamar, a cada paraje, sin necesidad de poner nunca un letrero; es información que se pasa de padre a hijo en el surcar diario de las lanchas en busca de camarón, o de un buen pez.
Navachiste es un conjunto de bahías, islas y esteros en el norte de Sinaloa, que puede medir hasta 60 kilómetros. Allí, en uno de esos cerros, en el municipio de Guasave, se dan cita cada Semana Santa decenas de artistas de distintas partes de México y el extranjero, en un festival que dura siete días.
El Festival Internacional de las Artes Navachiste cumplió ya 25 años de realizarse de manera ininterrumpida, con gran aceptación por parte de los artistas de distintas disciplinas, pero también de los lugareños que ya no recuerdan el nombre que tenía esa pequeña isla, conocida ahora co20mo La Isla de los Poetas.
En 1991 se convocó por primera vez al Encuentro Interamericano de Poetas y al Premio Interamericano de Poesía Navachiste-Jóvenes creadores; ambos, parte del Festival Internacional de Las Artes Navachiste. El Festival inició siendo apoyado por el Ayuntamiento de Guasave y la Universidad Autónoma de Sinaloa, al siguiente año se sumó el entonces DIFOCOCUR, hoy ISIC, y recientemente la Universidad retiró su apoyo sin dar explicación.
«Son ya 25 años de sacar adelante el festival más con el lomo y el corazón que con recursos, porque no tenemos una aportación fija de ninguna dependencia. Cada año estamos en la zozobra de si iremos a conseguir apoyo y no podemos presupuestar porque los planes se nos vienen abajo. Las instituciones que apoyan lo hacen con sumas realmente pequeñas y el apoyo es desigual cada vez. Es un festival muy barato para todos los esfuerzos que hay detrás y de los resultados que son visibles. Metemos recursos propios también, es un festival que ha sobrevivido de milagro, por terquedad nuestra», dice Antonio Coronado, fundador del Festival, junto con Celia Cortés (+).
Pero los navachisteros no son sólo poetas: son actores, músicos, escritores, moneros, bailarines, titiriteros, pintores, escultores, editores, cineastas y locos soñadores que viajan por carretera hasta llegar al embarcadero de El Cerro Cabezón, para allí subirse a una lancha que los lleve a la Isla donde ya debe estar lista la enramada que será foro, y abastecida de agua la cocina que los alimentará. Tanto el abastecimiento de agua potable en pipas para aseo personal y cocina, como la seguridad pública, el dispensario médico, la fumigación, como la protección civil, corren por parte del Ayuntamiento y es fundamental para la realización del evento. Además de eso, el Festival cuenta con servicio de cinco lanchas que diariamente hacen ruta a recibir y dejar visitantes. Coronado menciona que les hace falta una planta de luz y un equipo de sonido, para los que no ha habido recursos.
Todos los espectáculos son gratuitos y ofrecidos de manera voluntaria por los mismos participantes. Es normal que ahí suene una afrobatukada, mientras los bailarines se van despojando de sus ropas. Que mientras alguien lee un pequeño cuento, otros dibujen las imágenes que éste evoca. Sin planear, todo se une, se liga, se sucede.
Coronado Recuerda que el mayor apoyo por parte del ISIC lo obtuvo durante la dirección de Ronaldo González Valdés, pero nunca ha sido un monto fijo, por lo que la administración que recién termina, a cargo de María Luisa Miranda, estuvo muy cerca de desaparecerlo: terminó aportando una suma menor, más por hartazgo que por interés.
En 25 años, el Festival ha sido apoyado sólo en dos ocasiones por CONACULTA.
Quienes estamos fuera de la organización y sólo vamos a disfrutar de la isla y de todas las actividades que se llevan a cabo tanto de día como de noche, poco sabemos del trabajo que hay detrás y si el Festival sobrevive apenas. Sabemos que los amaneceres son hermosos, que en la tardecita corre un vientecito fresco y que si al mediodía escarbamos con los pies en la arena caliente, encontraremos la frescura. Sabemos que llegarán otros soñadores que harán sonar sus tambores a la orilla del mar, que el viento ondeará los dibujos que cuelgan de varios tendederos y que por la noche el fuego será espectáculo. Sabemos que llegará frente a nosotros una lancha de pescadores a dejar su captura fresquísima para que se ponga en nuestras mesas. Sabemos que el Festival Internacional de las Artes Navachiste ha logrado poner a Guasave en el mapa cultural mundial, porque año con año lo han visitado creadores de Canadá, USA, Guatemala, Nicaragua, El Salvador, Colombia, Venezuela, Perú, Brasil, Chile, Argentina, Reino Unido, España, Francia, Italia, Alemania, Suiza, Rusia, Holanda, China, Japón, Suecia y de algunos países de África. Que Guasave es un desierto cultural –se dice–. Pues Navachiste es la excepción: aquí la brisa del mar hace florecer las semillas locales y las que vienen de lejos.
El Premio Interamericano de Poesía para Jóvenes Creadores consiste en la publicación de la obra ganadora, libro que se presenta en el siguiente año. A la fecha se han editado alrededor de 40 títulos de poetas ganadores y menciones honoríficas, en coedición UAS-COBAES–ISIC–Praxis.
Quienes han asistido a una o a varias ediciones del Festival, tienen los mejores comentarios:
«Una experiencia hippie y hermosa donde el entorno y los acompañantes invitan a crear hasta en las piedras… algo mágico», opina Édgar Molina.
Teniendo 25 años desde su creación, es normal que haya quienes han crecido con él, niñas y niños que ahora son padres y regresan con sus hijos.
El Festival Internacional de las Artes Navachiste es importantísimo para el desarrollo cultural y artístico del municipio; se requiere compromiso tanto del municipio como de las autoridades culturales del estado para su realización; se ha ganado un lugar mundial a base de trabajo y esfuerzo de sus organizadores; es necesario tener tranquilidad y certeza de que habrá recursos para que continúe y crezca.
Por ahora no hay un sólo peso, pero ya hay fechas para su edición número 26. Nos vemos en La Isla de los poetas del 9 al 16 de abril.
¡Larga vida al Festival Navachiste!