Los pronósticos para ocupar la dirección del Instituto Sinaloense de Cultura fueron acertados. Papik Ramírez es quien estará al frente durante esta administración. Una tarea nada fácil, si en realidad se buscar reactivar esta área que para muchos fue un sexenio perdido bajo la dirección de María Luisa Miranda.
La afirmación no es tan descabellada como quizá pudiera pensarse, sobre todo si se recurre al pasado cuando, por algunos años, se logró tener teatros llenos y una actividad incesante en el Centro Cultural Genaro Estrada y en algunos municipios; claro, sin dejar de mencionar el olvido que siempre han reclamado los mazatlecos.
Bajo la dirección de Ronaldo González, durante dos administraciones fluyeron programas, recursos, publicaciones, se invirtió en infraestructura y se mantuvo a una comunidad artística conforme con lo que se ofrecía.
Al relevar el cargo, con Sergio Jacobo (salvo el ‘cambio’ de sede de la Biblioteca Gilberto Owen) dio continuidad a lo que su antecesor desarrolló, y aun a pesar que no tenía mucho acercamiento previo con la comunidad cultural.
Se realizaron actividades luminosas y los espacios físicamente se mantuvieron al nivel, no como ahora, en donde se tiene un Ágora Rosario Castellanos en el olvido y una Escuela de Artes José Limón con problemas de infraestructura y el reclamo mismo de los alumnos.
Algo sucedió con la administración a cargo de Miranda, pues poco o nada salió bien. Se vivió un descontento que nunca paró. En los primeros años se justificó con el ‘estamos aprendiendo’ y ‘estamos pagando las deudas de la administración anterior’, pero nunca terminó de embonar su forma de dirigir la cultura en el estado. Ni ella, ni su equipo de colaboradores, lograron mantener encendida la esperanza de que la cultura fuera para todos.
Los animadores culturales se quedaron sin empleo, los conciertos se fueron quedando cada vez con menos escuchas, los municipios cada vez más olvidados y la credibilidad de que conforme el paso de los días algo iba a cambiar, se esfumó.
Todo se quedó en promesas incumplidas. Por eso ahora se tienen grandes expectativas en que Papik Ramírez ‘recupere’ la cultura, teniendo a su favor el trabajo cultural que realizó con anterioridad en el mismo ISIC y en el Instituto Municipal de Cultura Culiacán.
Formado prácticamente por el propio Ronaldo González en esta área, Ramírez tiene un compromiso muy fuerte que cumplir, empezando por brindar de nuevo la confianza a los sinaloenses de que la cultura es para todos y que hacerlo no es un favor, sino una responsabilidad que la administración pasada nunca terminó de entender.
Ramírez cuenta con la empatía de la comunidad cultural y sabe de sus necesidades, pues él mismo participó en foros y en ellos recogió las inquietudes actuales. Ya como director del ISIC tendrá, ahora sí, que colocar en el mapa a Sinaloa en concordancia con lo que sus cantantes, pintores, músicos, bailarines, escritores y actores saben hacer.