- Juan Avilés Ochoa y Papik Ramírez Bernal figuran como los líderes de la comundidad artística y cultural en tiempo de elecciones
En tiempo de elecciones prometer no cuesta nada. Y de eso se ha dado cuenta en cada proceso electoral, donde las peticiones y el acercamiento con la gente son la constante. Para el caso de la cultura, en las últimas dos administraciones todo se ha quedado en eso: en promesas.
En el Instituto Sinaloense de Cultura, las carencias, el olvido y la falta de presupuesto han mermado la actividad que años atrás había sido decorosa y propositiva. Cuando se pensó que después del periodo de Marío López Valdez nada podía ser peor, sucedió lo que no se esperaba: en la administración de Quirino Ordaz Coppel, el discurso y las acciones fueron similares, a lo que sumó la pandemia.
Una comunidad artística desencantada. Incluso olvidada.
Esa comunidad que no ha tenido las grandes opciones para ser parte de la oferta que los sinaloense deberían de tener sin escatimo.
Hablando de los procesos de formación de públicos (que mucho trabajo costó), se ha mantenido a raya una programación, al menos de manera virtual, que abona a los grandes vacíos que ha dejado este gobierno.
La cultura no fue la prioridad y a pocos meses de que termine esta administración, seguramente en ese entendido se quedará: en los grandes conciertos populares, en haber regresado a los viejos funcionarios que en teoría tenían mucho que aportar, o que el presupuesto no llegó.
Ahora que los relevos están haciendo su ‘lucha’, están dos figuras visibles para ocupar la dirección del ISIC: por el lado de Morena-PAS, se ha visto a un Juan Avilés Ochoa organizando y buscando la unidad de la comunidad cultural, con una serie de foros temáticos.
Avilés Ochoa no es nuevo, pues en el campo de la cultura ha ocupado cargos como Coordinador General de Extensión de la Cultura de la UAS, así como la Dirección del Instituto Municipal de Cultura Culiacán; es cronista de Mocorito, municipio donde además fue presidente municipal, y ha ocupado otros cargos políticos con decoro.
Por el lado de la alianza PRI-PAN-PRD, está la presencia de Papik Ramírez Bernal, actual director del ISIC, quien organiza a la comunidad cultural de siempre, afiliada a la derecha. De igual manera han desarrollado foros.
Ramírez Bernal tampoco es nuevo en estos temas, a quien siempre se le ha visto como a una figura cercana a Ronaldo González Valdés, quien dirigiera en casi dos periodos al entonces Difocur. También ocupó la dirección de Cultura Municipal y de alguna manera ha sido apoyado por la comunidad artística.
El resto de los partidos no se han pronunciado directamente con propuestas públicas relacionadas con la cultura. Lo que sí es realidad, es que ambos personajes están en esa búsqueda para que a Sinaloa regresen los buenos tiempos para la cultura, antes de que terminen por desvanecer esfuerzos anteriores.