- Este 5 y 6 de diciembre el Colectivo Tarahumara estará en Catedral de 9:00 a 17:00 horas para recibir alimentos, cobijas, juguetes sin pilas y abrigos
Desde 2016 la intención ha sido clara: apoyar a las comunidades tarahumaras que de la misma manera que las yoremes, son las siempre olvidadas de los gobiernos en turno. Los discursos son muchos, pero los programas en materia educativa, cultural, económica y de salud, difícilmente llegan y permanecen.
Por eso, sin tintes políticos y sin intermediarios, el Colectivo Tarahumara Sinaloense ha logrado incluso mucho más de lo que la parte institucional, empezando por mantener una campaña permanente a través de redes sociales que ha permitido que comunidades como Cuitaboca, Jikapory, Las Bayas, Los Alisos de Olguín (ubicadas en la serranía del norte del Sinaloa y Chihuahua), sean conocidas con todas sus carencias.
Así, con una publicación y otra, de boca en boca, cada vez se suman más ciudadanos. Hortensia López Gaxiola ha sido la voz convocante a rifas, venta de artesanías, colectas de zapatos, alimentos y otros enseres.
Muchas historias de las necesidades en todos los ámbitos han sido compartidas y la empatía no ha faltado. Y este 5 y 6 de diciembre, de 9:00 a 17:00 horas, en las afueras de Catedral, se realizará una colecta para recabar alimentos, juguetes sin pila, abrigos.
La gran diferencia respecto a otras campañas, es que la honestidad no está en duda. Lo recabado llegará a su destino.
“Hay muchísima gente a la que no conozco que se ha sumado a nuestro proyecto desde hace años, que apoya con dinero para lo que se va presentando sin conocernos”, explicó Hortensia.
“Creo que la razón es que sienten que es auténtico, que damos información constante de su situación y eventos que se van presentando, que presentamos material que prueba que las ayudas sí les son entregadas y que además es evidente que le ponemos bastante tiempo, empeño y dinero nuestro para lograr algunas cosas”.
El papel que se ha asumido desde hace algunos años en esta campaña de apoyo, de hecho es muy significativo, donde las colectas atienden la parte de alimento y vestir; pero también se realiza una colecta de huaraches en el año, con la que se ha logrado reunir hasta 200 pares.
“Buscamos que cuando vamos, vayan médicos con nosotros; compramos medicamentos que les sean entregados en consulta. Y atendemos a los que llegan al hospital enfermos, muchas veces moribundos; también a quienes vienen a parir. Muchas veces, quienes bajan al hospital, no nos conocen físicamente, pero saben que por ahí vamos a llegar a ayudarlos”.
La situación en esta región es apremiante. Así lo resume la también titiritera: “Este año el gobierno lo único que hizo fue llevar algunas despensas, maíz y gallinas con 11 millones que nosotros mismos gestionamos ante el Congreso del Estado para los indígenas, específicamente el Profesor Román Rubio, iniciador de la lucha tarámari, a quien nos unimos”.
Y abundó: “La mayor parte de los apoyos quedaron en familias no indígenas que están en comunidades más cercanas a la cabecera municipal. En 2020 no hubo caravanas médicas. Hay familias que padecen lepra desde 2018 y sus tratamientos fueron abandonados. No ha habido respuesta de asignar maestros de Chihuahua a las pocas zonas que tienen escuela, esto lo pedimos porque es importante que su lengua se conserve y que aprendan a escribirla”.
La población que habita esta región, es 90% analfabeta. Sólo algunos niños y jóvenes han tenido acceso a la educación. Las faltas de carreteras imposibilitan el acceso.
Allí hace falta todo.