Muchos pensaban que era momento de un cambio, que su ciclo debía terminar honrosamente.
El maestro Gordon Campbell llegó a Sinaloa hacia el año 2001.Tenía por encargo fundar la entonces Orquesta Sinaloa de las Artes, y por consecuencia la cultura del estado –con sus asegunes– realmente se vio influenciada por esta agrupación. Fue posible que la danza y el teatro se acompañaran en el escenario, mientras que al público no sólo se le acostumbró a escuchar a músicos de alto nivel, porque además tuvo a la mano temporadas exitosas, como óperas y conciertos didácticos. Por si fuera poco, en este rubro se hizo real la descentralización de la cultura a través de los cuartetos de cámara, que llegaron a todo el estado.
Fue una época importante, de eso no hay duda. La agrupación, convertida al poco tiempo en Sinfónica, se ganó un lugar por su calidad, aunque músicos fueron y vinieron.
Lograrlo no fue fácil. Los primeros conciertos no llenaban el teatro, se aplaudía en medio de las obras, pero poco a poco se empezó a notar la mano de Campbell. El maestro había llegado con muchas expectativas a este estado.
El apoyo inicial no fue escatimado. El orgullo de las compañías del entonces Difocur, fue sin duda la Orquesta. Nada extraño, dado que sus principales impulsores, Ronaldo Gonzáles, entonces director general de Difocur, y Gerardo Ascencio, de su equipo cercano, eran conocedores del tema. También sabían que esto les resultaría positivo en todos los sentidos.
Vimos entonces a un director activo y entusiasta, pero siempre a la línea. En los primeros años, lo más público que se suscitó fue la queja del restos de los artistas respecto a los grandes presupuestos para los músicos, sobre todo para los extranjeros. En cambio, a integrantes de los grupos de danza y teatro sólo se les otorgaba una módica beca.
Contra todo, la Orquesta siguió. Logró reconocimientos, grabaciones de discos, conciertos en otros estados… y todos los músicos querían venir a Sinaloa. Se vivía la época de oro de la OSSLA, que se acompañaba de músicos importantes, de directores invitados y de cantantes.
Sin embargo, no hace muchos años la Orquesta tuvo momentos de crisis y algunos de sus músicos se pusieron en huelga, utilizando un listón en algunos conciertos para manifestar su descontento, sobre todo en la pasada administración. Al final, algunos de ellos de ellos fueron despedidos y varias voces se quejaron del maestro Gordon.
Muchos pensaban que era momento de un cambio, que su ciclo debía terminar honrosamente; incluso escuché a alguien sugerir que se le podría dejar como director de coros o de orquestas en los municipios, una actividad que ha desarrollado a la par, porque en ningún momento estuvo en duda los buenos resultados frente a la agrupación.
Quizás el anquilosamiento venció a muchos de ellos, que se quejaban incluso de tener que tocar ‘obligatoriamente’ en eventos privados y de exponer los instrumentos al aire libre.
Pero nada de esto pasó y Gordon se afianzó como director, adhiriéndose a grupos de amigos de la Orquesta. Pero hoy el director del ISIC, Papik Ramírez, anunció la llegada de Miguel Salmón del Real para sustituir a Gordon.
El funcionario detalló que se trata de un cambio natural como sucede en otras agrupaciones del mundo. “Las estancias prolongadas crean cierta inercia, es bueno sacudirse, emprender una nueva senda; es necesario hacer estos golpes de timón; Gordon cumplió sobradamente con este ciclo; estoy seguro que no es un adiós y que te vaya bien, sino una nueva etapa, que seguirá siendo permanente”, comentó en rueda de prensa.
Recalcó que se llegó al fin de un ciclo muy provechoso y que continuará una relación con el maestro, no sólo de palabra. La nueva temporada llevará su nombre y cuando menos un concierto será dirigido por él en cada temporada. Será un cargo honorífico con una remuneración económica, al menos durante esta administración.
Y así se da por concluida la historia del maestro Gordon frente a la OSSLA, que más que restar, fue de sumar.