- Las multitudes no están en las bibliotecas, ni en los museos; en Sinaloa, los espacios que resguardan la historia no han sido un tema vital.
El reciente lunes 18 de mayo se celebró el Día Internacional de los Museos. Pero en Sinaloa, estos espacios públicos -al igual que la ausencia de la Biblioteca Gilberto Owen- no han sido temas de interés durante la administración de Quirino Ordaz Coppel.
En los tres años que lleva su gobierno, no se ha visto nada distinto a lo de la administración anterior: falta de presupuesto, publicaciones, exposiciones internacionales y ese público que se mantiene ajeno.
La cultura esta vez tampoco es un tema primordial, dicho en el sentido de que se ha apostado más al espectáculo que a otra cosa. Los eventos masivos, en los que han estado artistas como la Banda MS, Juanes, Aterciopelados, Julión Álvarez, Café Tacvba y Caifanes, entre otros, han sido el distintivo de este sexenio.
Dejando de lado la articulación de una política cultural -en la que mucho insistió el ex director de Instituto Sinaloense de Cultura, Ronaldo González Valdés-, claro que existen programas a los que sí se les ha dado un fuerte impulso. Sin embargo, el tema de los museos es un asunto pendiente.
En Culiacán se encuentra hasta hoy un Museo de Arte de Sinaloa que ha dejado, como parte de su historia, momentos importantes en la vida cultural. Pero de eso poco queda entre un cambio de director y otro y una programación que cumple con lo necesario. No hay más. El plafón de Vlady, todavía por ahí enrollado y empolvado, no dejará mentir.
Sabemos que los museos no son para multitudes, pero sí es importante el diálogo entre la comunidad, los creadores y el arte. Lo mismo sucede con las desoladas galerías, en lo que eso sí se han abierto a los artistas locales, esa eterna lucha que, parece, algunos han ganado.
La revitalización de estos espacios sigue quedando corta; si acaso, lo más valioso, es que no se les ha ocurrido cerrar el Museo Regional de Historia de Sinaloa, que -recordemos- estuvo inhabilitado durante cinco años. Y aun con todos los asegunes, el Museo de Ciencias de Sinaloa cumple con su función.
Los museos comunitarios
En una situación totalmente de olvido se encuentran los museos comunitarios, que sobreviven más por voluntad que por otra cosa. Todavía recuerdo a personajes como el ya fallecido maestro Hermes González Maldonado, quien resguardaba con celo el Museo de Tamazula, Guasave.
Al igual que en otras comunidades, como Tacuichamona, Tehueco, San Miguel Zapotitlán, San Pedro y La Labor, sus museos sobrevivían a como podían.
No contaban con un presupuesto asignado. A lo mucho que aspiraban, era a recibir un apoyo del PACMyC, o que algún presidente municipal optará por atender determinada petición.
La situación en la actualidad no es distinta. Estos espacios, en los que se guarda la memoria, se abren en festividades especiales, cuando hay algún visitante; y es lo más que supone su operatividad.
Y como tal vez las multitudes no estarán ahí. No es un tema vital.