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El maestro Héctor Chávez fue relevado por Carlos Zamora y deja atrás una historia de 32 años.
Con sus altibajos, el Festival Internacional de Danza José Limón marcó toda una época en la cultura sinaloense, sobre todo en Culiacán, donde -en los últimos tiempos- la disciplina de la danza contemporánea creció intensamente, habida la apertura de una gran cantidad de escuelas de baile, grupos representativos, grupos independientes y opciones para su estudio profesional.
Viene a tema, porque hace unos días el Instituto Sinaloense de Cultura anunció a Carlos Zamora como el nuevo director de dicho Festival, que tuvo al frente, durante 32 años, al maestro Héctor Chávez Fierro.
Nadie podrá negar que realizó un trabajo de misionero desde que llegó a Sinaloa por los tiempos de Sandra Calderón. Nadie podrá negar que el maestro Chávez impulsó y motivó a muchos bailarines.
En tierras áridas le abrió camino a la danza contemporánea, también trabajó el folklor y de manera discreta impulsó a jóvenes con necesidades especiales, que pocos ven.
A Chávez se le debe la Época de Oro de la danza contemporánea en la ciudad. Fundó los grupos Taa Yilerum y Sinalodanza, que ofrecieron funciones y bailarines memorables.
En el campo de la danza folclórica, lo hizo con el grupo Nanaa Lai Te. En sus proyectos siempre le apostó a la investigación de campo. Basta con recordar La fiesta de la taspana, de su autoría, coreografía -que bien o mal- muchos grupos siguen montando.
Como director del Festival José Limón (que en sus últimas ediciones dejó de ser para minorías), logró que incluso la Compañía Limón estuviera en el escenario del Teatro Pablo de Villavicencio. Todo un acontecimiento.
No hay quién no recuerde las presentaciones del grupo Barro Rojo en Culiacán, y la presencia de figuras de la danza que fue dando paso a las nuevas generaciones, tal como sucede ahora con el cede de estafeta del Festival a Carlos Zamora, quien ha sido un bailarín que ha demostrado su talento en el escenario con la Compañía de Danza Joven de Sinaloa. Ya lo veremos.
Desde hace algunos años, el maestro Héctor Chávez, nacido en Guerrero, hablaba de su jubilación para irse a radicar a Cancún. La vida así se lo pedía. Esperemos que su legado continúe. Y como él decía en cada inicio del Festival: ¡Qué viva la danza!
