O mejor dicho, el mórbido viaje de sus restos de Europa a Sinaloa, no por la buena intención oficial de proponer que sus restos descansasen en su tierra de origen, sino la actitud gubernamental de hacer, luego de decenas de años, el mismo circo en que vivió Julia Pastrana, “la mujer mono”, como le decían, exhibiéndola como la curiosidad del siglo: se invitó a la prensa a recibirla en el aeropuerto, a verla y casi a sacarle fotos. Esto inspira a expresar el título de la obra que la Compañía Sin Espacio estrena este día, bajo la dirección de Alberto Solián: La repatriación de Julia Pastrana, de Antonio Zúñiga. A tres días de la conclusión del Festival UAS, el poeta Jesús Ramón Ibarra nos ofrecerá sus “Barcos para armar”. Y así en la cartelera. Haga su agenda.