Un filoso “Colmillo” amenaza a Cañedo

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Curioseando por ahí, me encontré una publicación semanal que el gobierno de Porfirio Díaz clausuró en julio de 1906 y apresó a sus responsables editoriales acusándolos de rebelión. Precisamente, este mes se están cumpliendo 117 años de ese atentado a la libertad de expresión.

El Colmillo Público era una publicación crítica al gobierno porfirista, a su orden legal y sus instituciones. Su recurso era la utilización del humor político, apoyándose en la sátira y la caricatura. Como se dice popularmente no dejaba titere con cabeza: la política, el clero, el orden social, todo pasaba su crítica agria e irónica para convertirse en una literatura de trasgresión con un marcado corte anarquista.

Se declaraba ser:

Semanario de poder,
que espantará a los espantos,
escrito por unos cuantos
que no tienen que comer.
Los que quieran padecer
punzadas y escalofríos
compren sin andar en líos
este periódico luego
que busca a sangre y a fuego
amores y desafíos.

A esa “feroz” crítica, el gobernador de Sinaloa no se escapó. Francisco Cañedo fue objeto de diversos cuestionamientos, así como su orden jurídico/legal. Algunas de las líneas con esa dedicatoria fueron las siguientes:

Sobre la práctica educativa:

“Todo anda por ahí de cabeza. Hay una escuela que lleva por mote una ironía que hace la mar de gracia. Se llama Escuela Modelo y en ella llueven los pescozones y se menudean los tirones de orejas y los palmetazos, aparte de otras lindezas que hacen  del plantel un verdadero modelo de lugar de tortura”.

Con respecto al orden y la justicia:

“En Mazatlán, los gendarmes son unos apaches… esos caribes de garrote y pistola la emprenden a garrotazo limpio hasta que a su víctima no le queda costilla sana.

“Los mazatlecos están que trinan contra los desmanes gendarmeriles que no dan lustre, sino más bien desacreditan a la administración del General Cañedo”.

Es recurrente su cuestionamiento a la pobreza y la desigualdad social:

“Es tanta la miseria que hay en Sinaloa, principalmente en Mazatlán, que el pueblo pobre pulula por las calles mendingando mendrujos de pan.

“En Villa Unión la gente no tiene otra cosa con qué poder alimentarse más que con calabazas.

“Esto es un peligro para el Gobernador y sus amigotes, los que se han divertido mucho en el carnaval y han banqueteado hasta tentárselo con el dedo”.

Mientras el rico Virrey
de la pobre Sinaloa
le mete a la barbacoa,
se muere de hambre su grey.

Se remata con los personajes del poder y la política:

“Se ha presentado ya, en Mazatlán, la candidatura del Gral. Cañedo para ser reelecto en Sinaloa.

“El pueblo que vive de su trabajo, no se mete en esos mitotitos, en los que danzan juntas la adulación y el hambre”.

Y mientras el pueblo hambriento
Sólo come calabazas,
del festin reeleccionista
se preparan ya las papas

La ironía contra el gobernador es recurrente:

Que Cañedo haga casitas,
muy bien hechas y bonitas
con ardiente “frenesi”:
                        eso si.
pero, que los materiales
salgan de las obras reales
sin saber quién los sacó:
                        eso no.
Que fabrique diputados,
financieros y. hacendados
olientes a patchouli:
                        eso sí.
Pero, que tales señores
sólo le causen dolores
alpueblo que los pagó:
                       eso no.
Que Pancho en su chonta gris
bebiendo sidra y anis;
de proyectos sea un Belen:
                      muy bien.
mas qué con todo ese cisco
dejen al pueblo bien bizco
por razón muy natural;
                      muy mal.
Que tengan todo el mercado
de camarón y pescado,
los chinos en Mazatlán:
          chin, chun, chan.
pero, que Pancho Cañedo
ande de enredo en enredo
y de todo á Belcebú
             chon, chan, fú.
Que los jueces del estado,
donde no hay un abogado,
a nadie justicia dan:
          chin, chun, chan.
pero que quien los dirige
no remedie el mal que aflige
y de juez salga un zulú
          chon, chan, fú.

Recurrentemente, se vuelve a “embestir” a este personaje y su distanciamiento de los humildes:

Cañedo será un titán
Más nada tiene en su abono,
Aunque se dió mucho tono
Con la peste en Mazatlán.
Los años vienen y van
Y de Sinaloa en el seno
Nunca aparece lo bueno
Y siempre sobra lo malo.
Y Cañedito ¡de palo!
Y el pueblo ¡de dolor lleno!
De colofón su calavera política:
Con bravura napoleónica
Contra la peste bubónica
Pancho Cañedo luchó;
Más vino, y tanto banquete
Le dieron, que cual cohete
El pobrecito tronó.

Es un discurso picante, sarcástico, descalificador y opositor a Canedo y su gobierno. Una mofa y combate al poder.

¡No piensen que desatine;
Tengo lengua y no soy mudo:
Hoy les mando mi saludo.
Aquí estoy porque ya vine!

 

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