- Finalmente fue abierta al público, cercenada de su proyecto original
La Biblioteca Gilberto Owen fue mutilada dos veces: primero cuando se le quitó un piso al proyecto original desarrollado por el arquitecto Carlos Ruiz Acosta; y ahora que el gobernador, Quirino Ordaz Coppel, consideró que el espacio era muy grande y se decidió compartirlo con otras oficinas.
Pero antes ya la habían borrado del corazón de la ciudad: cuando bajo la dirección de Sergio Jacobo, director del ISIC, se pensó en un proyecto que nunca terminó de cuajar, es decir, la sacaron del Centro Cultural Genaro Estado y fue a dar al Casino de la Cultura.
En su lugar se ostentó la Galería de Arte Antonio López Sáenz, que por cierto no ha logrado ser el espacio prometido.
Y así ha tenido un trajinar de más de 10 años, entre los millones y más millones invertidos, que nunca suficientes.
Tres administraciones le han quedado a deber.
Desde el año pasado, las instalaciones que se habían convertido en un elefante blanco durante toda esta administración, fue prestada a la Secretaría de Seguridad Pública. Se abandonó de nuevo el proyecto.
Finalmente, este viernes 22 de enero (con negritas, para que se note) fue aperturado el espacio de dos niveles, así mutilado y compartido, aunque luce y es prometedor, con 55 mil volúmenes, ludoteca, computadoras con internet, libros en braille, lengua indígena, Sala Sinaloa y una amplia cartelera de actividades.
Ofrecerá servicio de lunes a viernes, de 8:00 a 19:00 horas; y los sábados, de 8:00 a 14:00 horas.
Y aunque para muchos debió de ser regresada al centro de la ciudad, al menos por esta administración así quedará: allí, a un costado del Parque Temático, obra también abandonada.
La ‘nueva’ Biblioteca Gilberto Owen al menos existe, y sí habrá que reintegrarse a la gente, a los niños, a los adultos, a los nuevos lectores, que de la vieja Owen sólo escucharán historias.
