Este no es el Centro de Ciencias

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  • ‘Materia’ sustituyó al Centro de Ciencias de Sinaloa; para muchos, es un museo de arte contemporáneo que no es fiel a su origen. Sin embargo, su alto nivel es indiscutible

Mucho se ha dicho y escrito del mal llamado Centro de Ciencias de Sinaloa. Es claro que, de lo que fue, no queda nada, salvo el terreno que ocupó aquel museo que impulsó el doctor Fausto Burgueño Lomelí, quien fuera un hombre entusiasta que defendió el espacio hasta sus últimos días. Hoy, ni su placa ni su nombre están a la vista.

¿Y la placa con el nombre del Dr. Fausto Burgueño Lomelí?

Tal vez sea la nostalgia, o el deseo de reencontrarse de nuevo con el espacio que se ofreció desde 1992,  traducido en una oferta para los sinaloenses: talleres, biblioteca, salas de exposiciones, un planetario, laboratorios, visitas guiadas y una serie de aparatos interactivos.

No hay punto de comparación. Al que nombran hoy ‘Materia’ y cuyo costo ascendió a 200 millones de pesos, es un concepto que -ciertamente- no le pide mucho a los mejores museos de Europa o Estados Unidos.

Equipado con la más alta tecnología y nivel, propone una revisión de la afamada obra del artista Theo Jansen. También exhibe el titulado ‘Cubo Negro’, que cuenta con un sistema 8k para la proyección de imágenes interactivas; y también la obra ‘Bajo la Luna’, del escultor español Miguel Navarro.

La obra en mención, organizada por el Centro Pompidou de París, es una de los pocos espacios que se pueden tocar. Además de una pequeña área para niños.

Curiosamente, ‘Materia’ además instaló en su interior y sobre el piso el meteorito de Bacubirito, encontrado en 1863 y considerado el quinto más grande del mundo, que durante muchos años estuvo instalado en el viejo Museo de Historia Regional de Sinaloa; y de manera posterior, en las afueras del CCS, pero sobre una base.

Lo cierto es que, respecto al resto de las áreas, deberá de observarse con cuidado. No hay más aparatos interactivos a los que se estaba acostumbrado, aunque ciertamente algunos ya estaban en mal estado.

Este museo invita más a la contemplación. El CCS es historia, junto con sus vitrales, péndulo, planetario, grandes laboratorios, aunque se ha asegurado que éstos serán instalados en un espacio alterno.

Lo mejor es tener claro que se trata de nueva propuesta, no una remodelación -como se manejó- y que en poco tiempo su costo de acceso será de 120 pesos.

Ojalá y eso no lo convierta en un elefante blanco más, como sucedió con el Parque Temático. No es extraño decir que los gobernadores tienes poca memoria. Olvidan lo que no se construye en su sexenio.

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