En los tiempos que corren y muy al estilo de las antiquísimas (y modernas) damas de la beneficencia, esta estirpe que muy bien recrea Nacha Guevara en una de sus interpretaciones, no se ayuda si no se tiene prevista una nota que describa la ‘virtud’ del hecho. Expresado lo anterior, quiero decir, y digo, que de parte del Instituto Sinaloense de Cultura (ISIC) no se ha enviado ningún boletín que narre la decisión de su director general, Papik Ramírez Bernal, de ensartarse una playera, ponerse jeans y calzado adecuado, citar a su personal, reunir víveres y otros enseres necesarios para los damnificados por el reciente aguacero que cayó en la zona centro del estado (o hacer acto de presencia en los centros de recolección), y hacerla de cargador -junto con su equipo- para luego irse a los pueblos y las colonias de enorme afectación, brindando el auxilio que tanta falta sigue haciendo en estas horas de desgracia, en Sinaloa. A mí me gusta ver a funcionarios de esta calaña, esto es, que hacen a un lado la parafernalia y sólo actúan en los límites de la sensibilidad social. Bien por Ramírez y por todo el personal del ISIC. Y punto.