Obligación moral. Esa es la frase correcta para definir el motivo que llevó a Papik Ramírez, director del Instituto Sinaloense de Cultura, a reunirse con los medios para desarrollar una suerte de rendición de cuentas respecto a su reciente presencia en Italia y el Vaticano, atendiendo una invitación para participar allá, a la par con otros organismos, con una muestra de artesanías del estado y algo de lo que se consume aquí en materia gastronómica, particularmente mariscos. Y digo obligación moral por el hartazgo social hacia los servidores públicos que históricamente realizan turismo internacional con dineros del erario público. Si no fue muy amplia la delegación sinaloense, incluida la representación de la Secretaría de Turismo, de cualquier modo pudo haber resultado onerosa de frente a los resultados inmediatos: se informa que un promedio de 500 personas estuvieron presente en el protocolo de inauguración. Se esperaría que al cabo de tres meses pueda hablarse de otra cifra, dada la exposición fotográfica que se quedó allá y que habrá de concluir hacia septiembre de este año. Pero sobre todo el provecho del viaje habría de sentirse en 2018, si se concretiza lo que Ramírez informó en rueda de prensa, que tiene el sabor de las posibilidades: primero, que la Fundación Dante Alighieri se convenza de instalar aquí otra sede (tiene cinco en México) para difundir el idioma italiano, realizar traducciones y organizar actividades académicas; segundo, que las gestiones que se hagan desde aquí persuadan a Mario de Simoni, presidente de Arte Lavoro e Servizi –mediante el cual maneja acervos de los museos más importantes de Italia– para que el intercambio con Sinaloa se exprese con exposiciones de gran calado; y por último, que el Ministerio de Cultura le diga que sí a la invitación hecha por el propio Papik Ramírez, en el sentido de que sea Italia el país invitado para el Festival Cultural Sinaloa del próximo año. Por lo que se observa, la presencia del director del Instituto Sinaloense de Cultura fue más allá que buscar ser bendecido por el Papa Francisco: gestionó en Roma y el solo hecho se califica en positivo. Y los resultados: pues en veremos.
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