Contaba, con música, la historia de un sapo que como a los poetas le gustaba cantarle a la luna; contaba, con música, la historia triste de un tal Jacinto Cenobio que era la historia triste que mucho se repite en este país triste; contaba, con música, la historia que no podía ser nada más una canción y narraba el deseo de que fuera una declaración de amor; contaba, con música, la historia desgarradora de un niño que soñaba con tener un par de botas… Pedro Calderón era uno de los principales intérpretes de las memorables peñas musicales que hacia la segunda mitad de la década de los 80 organizaba la UAS, en la Casa de la Cultura. Pedro Calderón era el cantor de los movimientos progresitas de Sinaloa. Pedro Calderón era profesor universitario. Pero un día renunció a la UAS, se fue al norte y se volvió priísta. Y murió cantándole loas a Juan Millán.