Los derechos ya ganados de la comunidad LGBTI no están sujetos a consulta popular, ni se van a decidir en las calles.
Sin duda las confrontaciones entre ideologías sacan lo peor de nosotros. Hoy salen a marchar, a nivel nacional, muchos católicos, cristianos, creyentes y afines impulsados por el Frente Nacional por la Familia y la Iglesia Católica.
Su discurso ha ido cambiando desde hace ya un año: primero fue por los niños, luego contra el matrimonio igualitario, más tarde por el derecho de educar a sus hijos y ahora ya no tengo claro por qué.
A pesar de ser desmentidos, y de ser puesta en evidencia la falta de sustento de cada una de sus afirmaciones –por la radio, por televisión, por medios escritos, científicos, judiciales, etc., etc., etc. – salen a marchar alentados por sus dogmas religiosos, y alentados por los jerarcas de la iglesia que olvidan el significado del estado laico y la violación de la leyes mexicanas.
Aun así han decidido marchar, cosa totalmente legítima y garantizada por la Constitución, a pesar del discurso de discriminación que manejan.
En Mazatlán también saldrán a las calles, marcha organizada por un grupo de señoras, las cuales se han deslindado de cualquier rechazo a los homosexuales; y buscando la aprobación del Comité de aquí y algunos personajes locales, ellas dicen que saldrán por el derecho de educar a sus hijos. Solamente que se equivocaron de fecha y contexto: si no querían ser tachadas de homofóbicas, debieron reprogramar la fecha de su manifestación y deslindarse totalmente del Frente Nacional por la Familia, pues todos sabemos cuáles son sus verdaderas intenciones.
En Los Mochis también salen a marchar. Ahome tal vez sea el municipio más radical en el tema. Personajes políticos, escuelas en pleno y hasta psiquiatras han manifestado su apoyo, por irreal y absurdo que parezca. Ya va siendo hora de organizar una marcha de la diversidad por esos lares, pues hay que empezar a enseñar el respeto.
En la capital del estado también salen a marchar. Personalmente los veo bastante desorganizados. Espero estar en lo cierto. El Comité de la Diversidad ha decidido no realizar ninguna actividad en contra de esta manifestación, pues es simple: nuestros derechos no están sujetos a consulta popular, ni se van a decidir en las calles.
Con mucho gusto he visto que parejas heterosexuales y familias no tradicionales han sumado su rechazo a este tipo de marchas, pues fuera de las orientaciones de cada quien, que venga un señor a decirte que tu familia no es familia porque te falta un papá, una mamá, o les falta hijos para ser una familia, ha calado en el sentimiento de muchas familias monoparentales, entre otras. A nosotros nadie nos va a venir a decir si nuestra familia es familia, o no. Es familia. Y punto.
Lástima que los dogmas religiosos –siempre, a lo largo de la historia–, son los últimos en adecuarse a la realidad de la sociedad actual; si no, que lo digan los científicos, médicos, zurdos, curanderos, madres solteras, divorciados, etcétera, etcétera. La iglesia no tiene otro camino que ir adecuándose a la actualidad.
Tenemos que enseñarles a estos señores a despojarse de sus prejuicios hacia la comunidad LGBTI y a optar por construir una sociedad inclusiva y respetuosa de la diversidad. La igualdad en democracia es el único camino que genera cambios trascendentes en la vida de las personas. Por ello tenemos que luchar contra la indiferencia y el odio y enfrentar la discriminación hacia nosotros, la Comunidad LGBTI, pero sin caer en provocaciones, mostrando lo mejor de nosotros y todo lo positivo que hemos hecho, que estamos haciendo y que haremos por la sociedad.