LOS NUEVOS SOLTEROS Y SOLTERAS LGBTI

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¿Cuáles son los estándares bajo los que juzgamos quién es mejor o peor para nosotros?

Solteros, pareciera que está de moda entre la mayoría que conozco.

Estar soltero te permite realizarte profesionalmente, reforzar y/o mejorar tu posición económica, viajar, cumplir tus sueños… en fin. Según el psicólogo clínico Adán Villeda, «muchos no quieren algo serio con otra persona, porque esto requiere de un alto nivel de madurez y la juventud actual madura mucho más tarde que la de antes. Podría asegurar que ahora lo logran después de los 30.»

¿Pero qué tan cierto es esto? ¿Estamos solteros realmente por decisión propia, o porque vivimos esperando el príncipe o princesa azul que nunca llega? ¿Será tal vez que idealizamos en exceso a quien queremos tener como pareja?

No está mal, para nada, desear tener como compañero de vida a alguien exitoso, físicamente atractivo, inteligente, con estabilidad económica; es decir, a la perfección, o casi cerca a ello.

¿Pero qué tan cercanos estamos nosotros a ese ideal? ¿Qué tan perfectos somos? ¿Por qué nos exigimos demasiado cuando tenemos descuidadas tantas áreas de nuestra vida?

Encima solemos caer en depresión cuando nos damos cuenta que no logramos encontrar lo que deseamos.

He escuchado más de una vez –esta semana, entre mis amistades– referirse a las nuevas parejas de nuestro círculo de amigos –y seguramente a ustedes también les ha pasado–, frases como estas: «por fin sale con alguien que vale la pena», «no lo merece, se merece alguien mejor.»

¿Cuáles son los estándares bajo los que juzgamos quién es mejor o peor para nosotros?

No nos hagamos tontos: cuando alguien te gusta, te gusta tal y como es, con sus defectos y virtudes; lo demás, es solo buscar pretextos para decirle no a quien finalmente no quieres en tu vida.

Dejemos de guiarnos por los estándares que nos imponen la sociedad, los amigos, la familia. Enamórate, vive la experiencia, ama, rómpete el corazón, vuelve a enamorarte, besa, disfruta de tu pareja sin que te importe lo que digan los demás.

Porque conozco muchas personas que no han tenido ni una sola pareja, pues precisamente porque  nadie los llena, y no se han dado ni siquiera la oportunidad de amar ni ser amados.

Entonces, ¿cómo es que podremos finalmente encontrar a nuestra otra mitad si no nos damos la oportunidad?

La persona que idealizas en tu mente, tal vez muy probablemente no exista; no somos perfectos y a quien amas, tampoco. La forma como vivimos juntos y aprendemos a llevar nuestros defectos y virtudes juntos, finalmente es lo que nos complementará con esa persona.

Hace mucho, los príncipes y princesas dejaron de existir. Como Comunidad LGBTI estamos sobreexpuestos a figuras idealizadas de belleza estética y socioeconómica que nos saca de la realidad.

Abrámonos al vivir la experiencia de amar. Ama, llora, ríe. Eso es vivir.

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