Seguimos a la espera de las declaraciones del gobernador Mario López Valdez, pues la demanda interpuesta el pasado miércoles ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos, lleva su nombre.
Estamos a un paso de lograr que se modifiquen dos artículos del Código Familiar que nos dé a todos, sin distinción y sin necesidad de amparos, acceso al Matrimonio. Hemos sido pacientes: pasaron ya 4 años desde que se inició este proceso con el primer amparo que se solicitó, en el que solamente estábamos incluidos Claudia Zazueta, Brenda Gastélum y yo. Eran aquellos días en que había cierto temor y resistencia, un proceso que por cierto se dio gracias a la iniciativa de la licenciada Ana Lidia Murillo.
Después de aquel primer amparo, con los meses y los años se sumaron otros, y nuevas firmas y diversas resoluciones, siguiendo cada cual su proceso natural conforme a ley y a los tiempos burocráticos, pero todos favorables al matrimonio igualitario.
Valga señalar que tras la lucha para lograr la modificación de dichos artículos del Código Familiar, se ha contado con el apoyo de las diputadas Imelda Castro y Sandra Lara.
A la fecha, pese a prejuicios y falta de voluntad de la clase política local, tenemos puntos a favor:
- 4 amparos emitidos por la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
- 1 exhorto de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) del 2015 para que se legisle sobre el tema.
- 1 matrimonio ya efectuado mediante amparo.
- 1 aviso de Inicio de declaratoria de Inconstitucional de la SCJN sobre el Código Familiar.
Con todo, podría resultar bastante extraña la demora del Congreso Estatal… bueno, ni tan extraña, puesto que los prejuicios y estigmas en contra de la Comunidad LGBTI siempre han estado a la luz del día, pero no hay muro que no caiga y pese a la demora habrá de llegar el momento de decir: ya todos nos podemos casar, tenemos todo de nuestro lado.
Pero el punto no es si queremos todos casarnos o no; eso el tiempo y las circunstancias lo deciden. El punto es poder tener TODOS los mismos derechos. De allí que los servidores públicos tienen una gran responsabilidad y están llamados a proteger a las llamadas minorías.
Por supuesto debe quedar claro que en ningún momento esta demanda procura quitarles derechos a las familias “tradicionales”. No puede estar más errado quien afirme esto.
En cuanto a la Iglesia, está establecido que el mexicano es un estado laico que no puede ni debe permitir injerencias religiosas a la hora de tomar decisiones, de hecho en ninguno de sus tres niveles de gobierno. Las razones contrarias, justificadas por textos bíblicos, no son válidas a la hora de legislar sobre derechos humanos, ya que éstos están amparados en la Constitución.
La lucha continúa. Es necesario seguir presionando –todos- desde nuestra trinchera, pues, como ya nos hemos dado cuenta, sólo manifestándonos y exigiendo se va a tener un final feliz, es decir, el hecho de lograr el reconocimiento legal.
Y es así como se educa a la gente en cuanto al respeto a las diferencias y a la diversidad, debe quedar patente el mensaje -a toda la sociedad- de que todos somos iguales y la homofobia ya no tiene cabida.
El discurso de te acepto pero no quiero que tengas los mismos derechos que yo, es bastante hipócrita, pues: o me aceptas o no, sin andar con medias tintas; o con que reconozcas que tenemos los mismos derechos, basta. Así vamos a evitar que ocurran más sucesos trágicos como el de Joseph, el activista atacado brutamente en Mazatlán.
Nos queda nuevamente esperar a que la burocracia haga su trabajo. Ahora el Congreso del Estado está contra la pared. Entre el poco tiempo que le queda para legislar, sobre este tema tiene la presión de la sociedad, de los medios de comunicación, más las demandas y las razones jurídicas, y sin embargo está obligado a dar una respuesta.
Estamos también a la espera de las declaraciones del gobernador Mario López Valdez, pues la demanda interpuesta el pasado miércoles ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos, lleva su nombre.
Mientras tanto, seguiremos buscando medios para seguir adelante con nuestra justa demanda, impulsada gracias a todo un grupo de activistas visibles, pero también con el apoyo de personas y amigos que prefieren el anonimato.
Gracias a todos ustedes, estamos a un paso.
