“A Chayito Valdés la despiden como reina. Con lágrimas los asistentes entonaron las canciones Besos y copas, Mi soldadita y Te vas Ángel mío”.
Cornelio Figueroa. El Debate, 27/06/2016
Ante el reciente deceso de la popular cantante que naciera en el municipio de Guasave, pudiera resultar ilustrativo echar un vistazo a su registro de calificaciones como alumna de primero de primaria en una escuela rural asentada en el pueblo de Orba, sindicatura de Bamoa. Se trata del ciclo 1952-53, grupo mixto y único a cargo de la maestra Socorro Moreno Luque, el cual se integró con 32 varones y 20 mujeres.
Una de las 20 niñas fue registrada con el nombre de Rosario Valdés Campos, y frisaba los 6 años de edad. A la par, Aureliano Valdés Campos, su hermano de 7 años, cursaba el mismo nivel educativo.
Para el sustento de esta entrega, consulto un documento de la serie “Educación” del Archivo Histórico General del Estado de Sinaloa, en la cual se ubican carpetones –por escuela– del municipio de Guasave. En una de ellas se encuentra el registro de aquel ciclo escolar, en Orba, para el ciclo ya mencionado.
Sirva la presente para que contribuya a los apuntes biográficos de la publicación Chayito Valdés. Entre besos y copas. (Leonor Mena Rodríguez, 2004), donde no se especifican tales estudios en aquel pueblo de Guasave.
En el documento en mención está constatado que la primera maestra de la Alondra de Orba fue la profesora Socorro Moreno Luque, y que fungió como directora Guadalupe Chón de Medina.
Chayito, como alumna, fue muy cumplida en sus clases: de 344 en total, tuvo 326 asistencias y sólo 18 faltas, probablemente efectuadas en turnos matutinos y vespertinos. En lo que respecta a calificaciones, en Lengua Nacional tuvo un promedio de 8; en Aritmética y Geometría, alcanzó el 7. En términos generales fue una niña normal, muy bien portada. Y dato curioso: en Canto obtuvo un 7, lo que significa que no destacó con su voz, siendo superada por otros menores que obtuvieron calificación de 8.
Tuvo por compañeros a niños que llevaron los apellidos Angulo Araujo, Bustillo Andrade, Bojorquez Armendáris, Cárdenas Moreno, Chávez Soto, Espero Paredes, García Gálvez, Gálvez Verdugo, García Llánes, García Hernández, Herrera Chón, Herrera Gálvez, Lugo Gálvez, Lugo Acosta, Moreno Soto, Sánchez Valdés, Soto Chávez, Soto Soto, Urías Gálvez, Valdés Serrano, Valdés Soto, Valdés Lugo, Valdés López, Valdés Aguilar y a su propio hermano Aureliano Valdés Campos.
De las filiaciones patronímicas de las niñas, se anotaron a Chávez Soto, Díaz Zavala, Díaz Llanes, García Valdés, Gutiérrez Herrera, Lugo Espero, Olea Gálvez, Peña Curiel, Sánchez Valdés, Soto Alarcón, Soto Llanes, Soto Moreno, Urías Gálvez, Valenzuela Llanes, Velázquez Gálvez, Verdugo Cantío y Valdés Valdés.
Esta gama de apellidos, muy propios de la región del río Sinaloa, nos llevan a considerar el fuerte impacto mestizo de los pobladores de Orba, del cual se dice que es un topónimo indígena que significa Lugar donde da vuelta el río.
El caso es que Chayito Valdés sí estudió en Orba la instrucción primaria, cuando menos el primer año, ya que después su familia se trasladó a la ciudad de Guasave y fue allá donde fue inscrita en la Escuela 18 de Marzo, según testimonios al respecto por Leonor Mena Rodríguez (2004).
Por mi parte, todavía recuerdo cuando mi papá me llevó a un kínder en Los Mochis y desde la verja estuve llorando por un rato, para después quedar atrapado en la algarabía de mis compañeros; con más intensidad escarbo en mis primeros años de instrucción primaria, marcados para siempre en mi memoria, dando por resultado el convencimiento de que 6 años son muchos en la formación temprana de los infantes. Para muestra, los remito al relato de José Saramago sobre su pueblo en el que sólo vivió dos años y ya nunca jamás pudo olvidarlo.