Alto al discurso de exclusión, pues los derechos no se negocian. Basta ya de tratarnos como ciudadanos de segunda clase.
El diputado y ex candidato a gobernador Héctor Melesio Cuén Ojeda, fundador y presidente del Partido Sinaloense, acaba de anunciar la próxima realización de una “consulta ciudadana” a nivel estatal para saber lo que piensa la gente sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo, supongo que motivado por la fiebre del Brexit.
De acuerdo al portal www.adiscusión.com.mx, Cuén Ojeda precisó: “Nosotros lo que pretendemos nada más es que esta consulta ciudadana sea vinculatoria con nuestros diputados, para la posición que vamos a tener aquí cuando se vote la propuesta de reforma en el estado de Sinaloa”.
Bastante absurdo, creo yo, someter a votación disfrazada de consulta su posición frente a un tema ya discutido y legislado en otras entidades, y en diversas naciones del mundo; pero sobre todo ya mandatado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación –el más alto tribunal del país–, por lo que los artículos 40 y 165 del Código Familiar del Estado de Sinaloa, próximamente deberán ser declarados inconstitucionales, por ser violatorios a los principios de igualdad y no discriminación.
Dijo además que se instalaran 66 módulos en las plazuelas públicas de los 18 municipios, que se hará el uso de 80 mil boletas, y que todo va a consistir en dos preguntas:
- ¿Estás de acuerdo con el matrimonio de dos personas del mismo sexo?
- De darse este tipo de matrimonios, ¿estarías de acuerdo en que puedan adoptar niños?
Y yo me pregunto: ¿tenemos alguna constancia de que este “proceso de democracia partidista” será transparente? ¿Los votantes y/o consultados en verdad van a representar una muestra significativa del sentir de la población?
Es muy temprano para jugar a las cifras en cuanto a los posibles resultados, pero tengo claro que si el total de la Comunidad LGBTI y los amigos de la Diversidad nos pusiésemos de acuerdo, fácilmente podríamos ganar con un margen de 90 u 80 por ciento; pero incluso también perder, dado el ejemplo de la poca participación ciudadana en las recientes elecciones.
Retrocedemos, creo yo, en el respeto a los derechos; resulta tan absurdo, como en su tiempo haber preguntado: ¿Los negros deben ser libres? ¿Las mujeres tienen derecho a votar?
Los derechos no se someten a votación, los derechos son universales, independientemente de la raza, sexo, credo u orientación sexual.
Antes de hacer irracionales consultas ciudadanas, Héctor Melesio Cuén Ojeda debería investigar un poco en cuanto a las resoluciones que ha emitido, con respecto al matrimonio igualitario, la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Deje ya de fomentar un discurso de exclusión, pues los derechos no se negocian. Basta ya de tratarnos como ciudadanos de segunda clase, dejen ya de tirar el dinero de nuestros impuestos en absurda papelería que lo único que pretende es confundir a la población.
Es bueno que asuman una posición frente al tema, pero basándose en los hechos jurídicos ya expuestos, no escudándose en el sentir de un sector de la población.