A dónde te hallas hermosísimo lucero, dice una canción popular. Entonces se puede exclamar: a dónde te hayas hermosísima amapa amarilla sinaloense, que ya tus pétalos empezaron a despedirse desde finales de febrero y que nos haces recordar la lluvia de flores amarillas que se dio en el Macondo de la novela de Gabriel García Márquez, y que bien canta don Óscar Chávez, cuya canción no nos puede adornar ahora, porque nos la cobran a punta de oro. Por eso te pusimos “Amapas amarillas sin Mauricio Babilonia”. Dicho está.

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