23 ANIVERSARIO LUCTUOSO DE AMPARO OCHOA

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Miembro de una generación de intérpretes y compositores que tuvo su origen en la década de los sesenta, Amparo Ochoa emergió desde un principio como la gran figura de la entonces naciente Nueva Canción. Nacida el 29 de septiembre de 1946, falleció el 7 de febrero de 1994 en la ciudad de Culiacán, Sinaloa, su tierra de origen. Los 25 años de su trayectoria artística fueron marcados por el signo de una entereza inquebrantable. Fiel a sus ideales, asumió con profunda responsabilidad el llamado de su propia conciencia para ir de pueblo en pueblo, de plaza en plaza, de lugar en lugar y dejar en cada parte su testimonio de lucha, la convocatoria a conquistar un mundo más justo, a no deponer la dignidad y a ondear siempre la bandera libertaria.

El hecho de que desde pequeña en su tierra natal, Sinaloa, sus familiares la hayan rebautizado con el nombre de "Vida", encierra en sí un símbolo que va más allá de la llaneza de un apodo, pues es la vida lo que departió en cada canción que interpretó.
El hecho de que desde pequeña en su tierra natal, Sinaloa, sus familiares la hayan rebautizado con el nombre de “Vida”, encierra en sí un símbolo que va más allá de la llaneza de un apodo, pues es la vida lo que departió en cada canción que interpretó.
Ya lo dijo Elena Poniatowska: "Al igual que otros toman su fusil, Amparo Ochoa va con su voz anunciando la buena nueva, pregonando el día de la liberación, el día en que nadie sea esclavo y que a ningún niño le falte su cometa".
Ya lo dijo Elena Poniatowska: “Al igual que otros toman su fusil, Amparo Ochoa va con su voz anunciando la buena nueva, pregonando el día de la liberación, el día en que nadie sea esclavo y que a ningún niño le falte su cometa”.
La firmeza de sus principios la alejaron de intereses comerciales y de afanes protagonistas, sacrificando así la posibilidad de la fama y el dinero a cambio de su gusto por cantar a la tierra, al amor y al desamor, a los retos del hombre y de la mujer, a las tradiciones y costumbres, a los injusto y a la esperanza.
La firmeza de sus principios la alejaron de intereses comerciales y de afanes protagonistas, sacrificando así la posibilidad de la fama y el dinero a cambio de su gusto por cantar a la tierra, al amor y al desamor, a los retos del hombre y de la mujer, a las tradiciones y costumbres, a los injusto y a la esperanza.
Amparo Ochoa es más que la nueva canción, es más que el folklor o el neofolklor. Amparo Ochoa es una actitud, lo suyo como mujer, como madre, como hija, como hermana; como ciudadana del mundo esparciendo el lenguaje de la solidaridad; como vocera y representante fiel de los más caros anhelos de todos los pueblos.
Amparo Ochoa es más que la nueva canción, es más que el folklor o el neofolklor. Amparo Ochoa es una actitud, lo suyo como mujer, como madre, como hija, como hermana; como ciudadana del mundo esparciendo el lenguaje de la solidaridad; como vocera y representante fiel de los más caros anhelos de todos los pueblos.
El estilo abierto, carácter y gallardía de Amparo Ochoa están contenidos en todos y cada uno de sus discos, invaluable legado cultural que trasciende la etiqueta de canciones al erigirse como documentos vivos, pues en ellos están expresados el dolor, la alegría, el coraje, la pasión y las ilusiones de los pueblos del mundo. Esa es su herencia y a la vez su voz de presente.
El estilo abierto, carácter y gallardía de Amparo Ochoa están contenidos en todos y cada uno de sus discos, invaluable legado cultural que trasciende la etiqueta de canciones al erigirse como documentos vivos, pues en ellos están expresados el dolor, la alegría, el coraje, la pasión y las ilusiones de los pueblos del mundo. Esa es su herencia y a la vez su voz de presente.
A 23 años de su partida, descanse en paz la amada Amparito, a quien tanto se extraña en medio de tanta cantante insulsa, en medio de tantas “estrellitas” cuyos contenidos frecuentemente van a dar al bote de la basura, en medio de estos días convulsos y a veces tóxicos, en medio de los gasolinazos y de la amenaza norteamericana.
A 23 años de su partida, descanse en paz la amada Amparito, a quien tanto se extraña en medio de tanta cantante insulsa, en medio de tantas “estrellitas” cuyos contenidos frecuentemente van a dar al bote de la basura, en medio de estos días convulsos y a veces tóxicos, en medio de los gasolinazos y de la amenaza norteamericana.

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